Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Es momento de calificar como "generación desaparecida" a los llamados "generación bicentenario", aquellos payasos jovenzuelos que salieron a marchar llorando por la vacancia de Martín Vizcarra, causando desmanes y atacando a la policía para permitir que la mafia caviar recapturara el poder.
En aquella ocasión, una vez más los jóvenes hicieron el papel de tontos útiles de la izquierda. Ese parece ser su destino. Desde que entran a la universidad los infectan con el virus del progresismo y empieza su adoctrinamiento intensivo en el odio al sistema. Tras la vacancia de Vizcarra salieron a poner el pecho para que la mafia caviar recuperara el poder a cualquier costo. Nunca hubo ninguna "defensa de la democracia". Solo fue una defensa estúpida de los intereses de la mafia caviar. Los engañaron. Tampoco era la lucha contra un feroz dictador que tenía décadas oprimiendo al pueblo. Era una trifulca callejera para tumbar a un hombrecillo de pueblo salido de la nada, convertido repentinamente en presidente ocasional tras la vacancia del sinvergüenza de Vizcarra. Merino no era nadie, pero la narrativa progre lo convirtió en el artífice maléfico de un golpe, como si el pobre Merino tuviese algún liderazgo o la astucia de un Maquiavelo para controlar el voto de 105 congresistas. Absurdo.
Pero ese fue el cuento que les contaron a estos ñaños del bicentenario para que salieran a excretar sus odios contra Merino "el dictador y golpista". Son tan ignorantes que se creen cualquier cuento que les dan como insumo para sus odios. Así los convencieron de soltar sus biberones y calzarse las zapatillas para "recuperar la democracia perdida a manos de un dictador". Nunca entendieron bien lo que pasaba en el país. Nunca supieron por qué Merino estaba con la banda presidencial. Solo repetían como zombies "Merino dictador" y "No me representa". ¿Quién podría representar bien a esta masa de borricos juveniles? No hubo que esperar mucho porque enseguida llegó el ignorante de Pedro Castillo para erigirse como su representante y presidente. Hoy deben estar felices.
¿Dónde están ahora todos esos payasos imberbes que se creyeron hijitos predilectos de la madre patria? ¿Por qué no se ponen ahora las zapatillas para defender al país de esta banda de delincuentes e incapaces en el poder? Está desaparecidos. Nada se sabe de ellos. Y es que estos bobitos solo son arriados a las calles para defender los intereses del progresismo y de la mafia caviar oenegera. Solo para eso los convocan. Por eso salieron a defender al caviarón ministro Jaime Saavedra, gran aliado de las oenegés y los medios; a defender al fiscal de Odebrecht y admirador de los terrucos José Demente Pérez, y también a llorar por Martín Vizcarra, socio de la mafia caviar y el progresismo. Solo para esas ocasiones es que les abren las puertas del corral y los lanzan a las calles con sus pancartas. Y se creen revolucionarios.
Estos jóvenes siempre han servido como tontos útiles de la izquierda, acá y en el resto del mundo. Son fáciles de convencer y manipular con cuentos baratos. Por eso mismo los sacan una y otra vez para cacarear insultos contra Keiko y el fujimorismo, la peor amenaza de la izquierda en el siglo XXI. Para eso si fueron convocados por las oenegés pro terrucas, los centros federados, los partiduchos y movimientos de izquierda y la prensa vizcarrista. Así ha sido siempre. No son nada especiales estos jóvenes de hoy como han tratado de venderlos ciertos escribas del progresismo académico en sendos artículos farragosos de tono sociológico e histórico. Mucha gracia me causaban estos artículos que el año pasado proclamaban las grandiosas cualidades de una "nueva generación" que ha "tomado conciencia".
¡Por favor! Esta es la peor generación de jóvenes que yo haya visto. Es la generación del Tik Tok y las redes sociales donde sus fotos y videitos ilustran toda su fatuidad, la que vive con el celular en la mano y el audífono en la oreja, desconectados de la realidad; la que aprende política con memes, la que ha sido adoctrinada por la izquierda progrecaviar y amaestrados como loros para repetir "Fujimori nunca más" y "Keiko corrupta". Esta es la generación con los mayores índices de problemas de aprendizaje y de conducta, la generación del TDAH, la generación que no lee ni comprende lo que lee, la que estudia en universidades basura o con docentes basura que han politizado la enseñanza.
Esta generación es la de chicos que vivieron como reyes en un país con estabilidad económica y crecimiento sostenido, disfrutando de la paz, sin terrorismo ni hiperinflación ni huelgas generales. Es la generación que vivió en la abundancia, con centros comerciales modernos, supermercados abarrotados, con libre importación, Internet, electricidad y agua potable. Cosas que no habían antes de los 90. Esta generación no tiene idea de cómo suena un coche bomba, no sabe lo que es un apagón de varios días, ignora lo que es tener que estudiar con velas, nunca ha tenido que vivir con agua racionada, no sabe lo que es salir corriendo antes de la media noche para hacer cola en los grifos porque el ministro de economía acaba de soltar un paquetazo, no saben lo que es hacer cola toda la mañana para comprar dos tarros de leche y tres kilos de azúcar y arroz porque todo está racionado, no sabe lo que es vivir en una ciudad repleta de tranqueras que impiden el paso por miedo a los coches bomba.
Esta generación no tiene la puta idea de lo que nos costó recuperar la paz interna y externa, arreglar la economía, reconstruir el país y reestructurar el híper Estado quebrado. Pero en medio de su absoluta ignorancia y estupidez, y con sus cabecitas llenas de cuentos rojos, tienen el cuajo de creerse los "defensores de la democracia" cuando solo salen como borricos arriados para defender los intereses de la izquierda pro terruca, del progresismo delirante y de la mafia caviar. Lo que es a mi, esta generación me da mucha pena. Es la generación más ignorante, más engañada y manipulada de la historia.
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